En la ausencia de una física dualidad
me dirijo a disfrutar de lo acaecido
que en mi mente y en mi ser
se reviven con constancia.
La nostalgia se evidencia
y me recuerda sublimes momentos.
Los olores, las imágenes,
Los sonidos, la dulce melodía de tu voz,
tus susurros tiernos e inolvidables,
tus ojos cristalinos, enigmáticos y seductores,
tus labios, deliciosos y embriagadores...
Una vez más, el sublime letargo...
retorna en mi mente y me roba un mar de sonrisas
Tú, completa, íntegra tú,
con tu cuerpo, con tu piel,
tu sonrisa, tu timidez,
tu certeza y claridad, tu silencio y ambigüedad
... me embelesas cada vez más...
Hay imágenes de ti
que regresan mucho a mí
son sublimes, son Hermosas
Realmente, inolvidables...
El anciano engalanado había arribado, una vez más, en horas de la tarde, a
la casa de su buen amigo Toño María. Vestía un traje azul oscuro, camisa
blan...
Hace 6 meses
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