sábado, 25 de junio de 2011

Eco, funesto funesto eco.

Muchas veces he escuchado tu voz
oh eco, eco sincero,
susurro funesto
que somete mis ímpetus
que mengua mis pensamientos
que diluye mis sentimientos.

Muchas veces he caminado en las nubes
creyéndolas reales, cantando mi Felicidad
pero luego la respuesta la dictas tú,
frugal y realista compañero,
orquesta fatídica de mis armonías.

Oh eco, hermano de la soledad,
compadre de la desilusión
hermano de las realidades
crudas a veces, valiosas por siempre,
tu sombra en las sombras
desgarra ilusiones, disuelve las nubes
arrasa lo eterno.

Eco, eco, eco... Retumbas ambiguo,
estás siempre presente
y a la vez marchándote,
llevando en tu bolsa impía
el botín que has ganado
al dejarme en tristeza.

jueves, 23 de junio de 2011

Remando en solitario

Viajando al pasado encontré los vestigios
de sueños profundos e inarraigables
anhelos fraguados al son de una musa presente
de nombre soledad y apellido ausencia.

Una noche de silencios sublimes con tinte hegeliano
tales sueños parecieron concretarse.
Danzar en armonía con la Princesa imaginada
una historia quizá perfeccionada.

Creí, creí en certezas, promesas, miradas dulces
palabras, momentos
volé a lo lejos, a valles inalcanzables
cuando no es concreto el sueño feliz.

Creí en el sueño real
de la palabra dualidad,
pensé navegar felizmente
en una barca de nombres Amor Unido.

Pero, oh funesta sorpresa,

Me vi una mañana, remando en solitario,
nadando desesperado
en las turbias aguas de mis propias lágrimas
tras golpe funesto del destino incierto
que rompió la barcaza

y supo hundirme en el agrio mar
de la tristeza y la desconsolación
de la inefable revelación
sentenciada en un viaje siempre solitario.