Dime que me quieres
que yo a cambio te prometo olisquear
el perfume de las calles que recorro
cuando estoy pensando en ti.
Dime que me quieres
que por ello te compenso
olvidando los sauces que me inspiran
pues la dicha es mayor, sabiéndote cercana.
Rompe el yugo de la soberbia
dále fin a ese orgullo
prisión cruel donde confinas tus sentimientos
anula el pacto de silencio
al que por costumbre a tu corazón has condenado.
Dime que me quieres
conjura la magia de tu sentir
y yo a cambio te prometo
arroparte en el invierno
del temor a perecer la flor naciente.
El anciano engalanado había arribado, una vez más, en horas de la tarde, a
la casa de su buen amigo Toño María. Vestía un traje azul oscuro, camisa
blan...
Hace 1 año
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