Abrumado por las normas
y un mar de condiciones
Aferrado a la esperanza
de que hay buenas intenciones
Me encuentro azotado
por eso que llaman cultura
acobardado, atemorizado
pero sobre todo asqueado
por la impuesta competencia
Por gustarle a los cánones
me exagero en mi proceder
debo ser lo que me dicen
sino soy un traidor fracasado
subersivo, resentido.
¿Dónde queda lo que soy?
¿Hacia dónde se dirige el verdadero yo?
No lo sé, no lo quiero responder
creo en mucho, ya lo sé
sueño sin reparo en que coincido con muchos más
Que anhelan bienestar en los demás
sin reproche, sin transacción
sin medida ni limitantes
anulando cualquiera distinción
ni la hombría ni el feminismo, ni la fe ni el ateísmo
sin ideas absolutas que cualquiera querrá imponer
sin mirar con el lente falso cultural, artificial
la existencia verdadera.
El anciano engalanado había arribado, una vez más, en horas de la tarde, a
la casa de su buen amigo Toño María. Vestía un traje azul oscuro, camisa
blan...
Hace 6 meses
1 comentario:
Están ahí, esos intensos deseos del sosiego que deja atrás toda fragmentación de lo que somos. Hay un gran problema para entender el ser y este se busca en identidades permeadas por la cultura, es muy valiosa la pregunda de dónde quedamos y es la que nos seguiremos haciendo permanentemente, mientras la edificación de nuestro mundo "objetivo" pretenda relegar lo que somos
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