Miré por la ventana el camino por el cual marchaste
... para nunca más volver
Las tenazas de tu ausencia y el dolor que en mi
produjo
Oprimieron mi pecho y luego mi garganta dolorida de
tanto callar…
Quizá las lágrimas quisieron asomarse
Pero era tarde pues te has ido
Era tarde para lamentarse…
Tu sonrisa aún recuerdo
Como ayer, como hoy, y quizá mañana he de evocar
Agradezco los momentos tenues que vivimos
Alegres y sombríos
Tranquilos y ansiosos
Difusos y claros
Agradezco a tu mano cálida por haberme acariciado
Tu sonrisa transparente pese a la total mentira
Tus ojos, falsos y afligidos
Pesarosos y embusteros…
Al fin y al cabo te adoré y tu lo entendiste
Corriste a mí, me conociste
Tú me conoces, fui tu sosiego
Y tú mi anhelo…
Te extrañé porque en tu tiempo
Fuiste Reina del triste imperio
Te recordé pues tú calmaste
El sombrío furor que acogió a mi ego…
Y sonreí porque a tu lado
Fui triunfador, héroe y caballero…
Hoy no estás, ya no te asomas
Y no te extraño
Quizá sólo anhelo esos recuerdos
De aquél ayer feliz que en lapsos tú propiciaste…
(Enero 27 de 2007, 9:28 P.M.)
El anciano engalanado había arribado, una vez más, en horas de la tarde, a
la casa de su buen amigo Toño María. Vestía un traje azul oscuro, camisa
blan...
Hace 6 meses
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