En tu mezquindad escondes tus miedos…
Bajo tu orgullo insensato ocultas tus sentimientos
Con tu egoísmo demuestras más de lo evidente.
Es tu perfidia, pero comprendo
Querer tanto no es controlable
Fallar y tropezar son producto de tal ansiedad
En mi silencio, por ti pido sensatez
Y sin embargo, río con tu ingenuidad
Querer tanto no es controlable…
Tu soberbia me encanta, produce sosiego
Ríes llorando, suspiras por la paloma fugaz
Tienes un reino pero no sabes gobernar
Pues tus sentidos están nublados
Y tú lo sabes, tú bien lo sabes…
Ya estás distante, cesó mi búsqueda
He encontrado a quien adorar
Para ti sólo queda la enorme gratitud
Pues tú forjaste mi triunfo
Y yo bien sé compensártelo
Sigue riendo, sigue suspirando
Quizá el día llegue, y la sorpresa te colme.
(Mayo 24, 2007, 3:51 P.M.)
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